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Cuando se trata de pan y café hecho con amor, podemos hablar plácidamente de Flor Morena, este es un emprendimiento dedicado a los amantes de las experiencias hechas a mano y desde cero. Yeimi Marcela Osorio Ortiz y su pareja han creado un negocio lleno de dedicación, calidad en sus productos y sobre todo con un toque especial que solo se sabe al probar.

Esta joven inicio en el mundo de la panadería cuando tenía apenas 29 años, sus primeros pasos los dio aprendiendo sobre la realización del café en el SENA, pero a medida que probaba el pan de sus compañeros del curso de panadería tradicional, se fijo cada vez más en ese punto que hace a un pan perfecto y decidió tomar la clase corta de panadería. Para ese momento desarrollo una técnica diferente, y se adecuó a un local de panadería; sin embargo, tuvo una crisis económica y cerró el lugar, pero estableció un mercado virtual en el que podía hacer lo mismo, expandiéndose a públicos más abiertos.

Junto a su novio, quien estaba centrado en mejorar el café que vendían, tomaron la decisión de llevar a “Flor Morena” hasta otro nivel organizando una forma de producir el café y el pan desde cero. Primero compran a un precio justo el café en pergamino, es decir, sin tostar ni trillar, de pequeños caficultores desde Titiribí y Támesis, quienes venden el producto despulpado y fermentado; seguidamente, en “Flor Morena” lo trillan y lo tuestan para que el grano suelto esté en un punto medio, en el que se le puede sentir aromas más florales y frutales.

Por otro lado, el amasado del pan y sus ingredientes son totalmente orgánicos, pero el proceso de realización es muy especial, ya que Yeimi le imprime esos aspectos emocionales positivos que se ven reflejados en cada pan, no utilizan ni conservantes, ni colorantes, ni saborizantes artificiales, haciendo la diferencia de los productores a gran escala.

Sus valores a la hora de comprar, producir y vender son un estilo de vida donde todos ganan. Como quieren marcar un contraste y encargarse de que los caficultores reciban un buen valor, sobre todo que la recepción del café este bien atendida con la calidad y la venta de este, en el proceso de tostión no se ocultan los buenos aromas y sabores, beneficiando a todas las partes.

Yeimi y su pareja se dedican a juntar todo el amor y cariño que se tienen para que sus clientes vivan una experiencia única e inigualable, al probar su pan y su café. Ellos han participado de varios bazares de comida saludable como, en centros comerciales, en el Éxito, en el Jardín Botánico y en Mercados del Parque.

Por ahora tienen el gran deseo que montar un negocio en San Sebastián de Palmitas, un pueblo cercano a Medellín, agregar varios estilos de pan, y brindar un espacio abierto donde sus clientes no solo quieran consumir productos sino también dictar talleres, o crear conversatorios y escaparse de la rutina citadina a la tranquilidad y paz que regala el pueblo.

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